LA HEROINA QUE ESTÁ DISPUESTA A LUCHAR POR EL CINE QUE LE GUSTA CAIGA QUIÉN CAIGA

jueves, 31 de agosto de 2017

Justice League: Mortal iba a tener una épica pelea entre Superman y Wonder Woman

Una década antes de Zack Snyder, George Miller iba a ser quién iba a llevar por primera vez a la Liga de la Justicia al cine con Justice League: Mortal, un proyecto que se vio interrumpido por la huelga de guionistas de finales de 2007 y que terminó siendo cancelado por una serie de problemas de producción. No obstante, ahora sabemos que Miller iba a ser también el primero en ofrecernos en la gran pantalla una épica lucha entre dos icónicos superhéroes de DC Comics; pero no entre Superman y Batman, sino entre Superman y Wonder Woman.


Jay Baruchel, quién iba a dar vida a Maxwell Lord, uno de los villanos de la abortada película, ha participado recientemente en un podcast de Happy Sad Confused, en donde se le ha preguntado sobre este proyecto. Hay una escena en la que Maxwell Lord lava el cerebro de Clark para utilizarlo como arma, pero antes de conseguirlo empiezo a sangrar por todos los orificios, porque se necesita mucha fuerza para meterse en la cabeza de un Kryptoniano. Luego lo convierto en un Superman de ojos rojos, y hay una gran pelea entre él y la Mujer Maravilla, donde le rompe las muñecas, han sido sus palabras.


Superman iba a ser interpretado por D.J. Cotrona y Wonder Woman por Megan Gale -de quién ya vimos en unas imágenes como iba a lucir en la película -. Baruchel también afirma que Maxwell Lord moría a la mitad de la película, pero su mente era introducida en un ordenador. También afirma que la introducción de Wonder Woman iba a ser en Themyscira, viéndola enfrentarse a lomos de un caballo contra un Minotauro armado con un hacha de guerra. Tras derrotarlo, ella lo decapita y muestra la cabeza ante las demás amazonas, quienes la ovacionan. No hay duda de que esta versión iba a ser mucho más bestia -comenzaba con el funeral de Flash, no digo más -, algo que no debería de extrañarnos estando George Miller detrás; aunque, tampoco debería extrañarnos que Warner Bros. tuviera reticencias a gastarse 300 millones de dólares en este film.